Torremolinos'71: crimen perfecto, caso abierto
Brazalete59 | O cómo el franquismo tapó el asesinato del presidente de un club para que no explotase en su contra uno de los mayores fraudes cometidos hasta la fecha.
Málaga, 30 de julio de 1971. En plena campaña de renovación de abonos, la actividad en las oficinas del Club Deportivo Málaga es intensa. De repente, a las cinco de la tarde los teléfonos de la entidad comienzan a aullar. Algo le ha pasado al presidente del equipo, Antonio Rodríguez López.
Constructor gallego de origen humilde, Rodríguez López había hecho fortuna enladrillando la Costa del Sol en pleno boom del turismo. Su ambición llegaba hasta el Campo de Gibraltar, donde se había visto implicado en uno de los mayores fraudes del franquismo. Desde entonces estaba recibiendo amenazas. Incluso había conseguido una pistola para sentirse más seguro.
En esa calurosa tarde las llamadas anónimas se convertirán en varias puñaladas en la yugular y el corazón. Malherido, a Rodríguez López aún le dará tiempo de disparar su pistola y matar a su asesino. Ni eso aclarará la autoría real de lo que parece un asesinato por encargo. Un crimen perfecto que la dictadura se apresurará en tapar… y un misterio que durará más de 55 años. Hemos vuelto.