Gorostiza: bala roja, juguete roto
Brazalete57 | O cómo uno de los mejores extremos izquierdos de la historia del fútbol español cayó en la desmemoria.
Bilbao, 23 de agosto de 1966. Las monjas que atienden el Sanatorio de Santa Marina descubren que uno de sus pacientes acaba de fallecer. Bajo su almohada hallarán una de sus escasas posesiones: una pitillera de plata con la inscripción "Al mejor extremo izquierdo del mundo de todos los tiempos".
Pocos meses antes el cineasta Manolo Summers había tenido la acertada idea de dedicarle un fragmento de su documental ‘Juguetes rotos’. Porque ese hombre de 57 años que murió solo, alcoholizado y arruinado, no era otro que Guillermo Gorostiza, uno de los mejores jugadores de los primeros 50 años del fútbol español.
Apodado ‘Bala Roja’ por su velocidad en la banda, Gorostiza vivió como jugó: rápido y letal, resbaladizo y juguetón. Ganó ligas con el Athletic y el Valencia, se llevó un Pichichi, fue uno de los debutantes de España en los Mundiales, y se enroló en el Euzkadi republicano para luego hacer la guerra con los sublevados.
Genio precoz, mito derruido, trágico epílogo. Y luego, el olvido. Manolo Summers y su ‘Juguetes rotos’ trataron de salvar a Gorostiza de la desmemoria. Algo que, mediante la investigación histórica, también promueve Lartaun de Azumendi, periodista y uno de los mejores conocedores del pasado del Athletic Club. En sus manos nos ponemos para recordar a Bala Roja.