Furia en los fondos: la Barcelona ultra
#BrazaleteNegro32 | O cómo la capital catalana encendió todas las alarmas al registrar, en vísperas de los Juegos Olímpicos, el primer ataque mortal del hooliganismo en España.
Domingo, 13 de enero de 1991. Como cada día de partido, miles de aficionados del RCD Espanyol pululan por el barrio de Sarrià. A la salida del estadio, algunos se quedan a tomar algo por los bares de alrededor. A esa misma hora de la tarde, a 800 kilómetros, el FC Barcelona concluye su visita al Carlos Tartiere de Oviedo. Es el momento para que cinco Boixos Nois abandonen un bar en el barrio de Gràcia y se suban a un Ford Fiesta con sed de venganza.
Esa tarde de invierno el fútbol español inscribirá su primera víctima mortal por hooliganismo. A falta de 15 meses para la inauguración de los Juegos Olímpicos, la capital catalana se convertirá en uno de los epicentros del movimiento ultra: pasiones futboleras e ideologías extremas irán germinando en los fondos de los estadios, dibujando una temible espiral de odio y violencia.
Brigadas Blanquiazules y Boixos Nois: tan lejos, tan cerca.